“Para que las palabras no basten es preciso alguna muerte en el corazón.”
Alejandra Pizarnik
I
Puedo predecir
tu muerte, sin exactitud
y es el regocijo
o la espera, la duda:
si merece o no castigo
eterno mi deseo; si sos
inmortal o si no
morís ahora
y sí después
(hablan de eternidad)
de todas formas
¿a qué se deberá
mi culpa
póstumamente tuya?
II
Tal vez sería
mucho mejor matarte
con las palabras.