7 de noviembre de 2006

Perder el turno

Entramos a las siete de la mañana
el nuevo entrega los turnos
a la gente que está desde las seis
empezaremos a atenderla a las ocho

durante el día
nos miramos muchas veces
todavía no creemos
cómo después de esto
seguimos vivos

y esa es una afirmación que pesa
una pregunta que duele

sin embargo estamos, caminamos
entre turno y turno
halamos, comemos ya tendemos
a la gente
pero a la gente que sacó turno

pero sé
que nada sirve
cuando ya estoy en la calle
y me siento desorientado
que no es suficiente hacer todo eso
para evitar que a las tres de la tarde
me pregunte dónde está el cielo

y el cielo está donde siempre
aun después de tanto infierno