Ya no corre. Se ha sentado en el cantero y se ha tapado la cara con las manos. Está agitada. Empieza a tranquilizarse, respira lentamente. El corazón comienza a latir normalmente otra vez.
Se destapa la cara y saca algo de la cartera. Primero no se distingue bien, pero debe ser un cigarrillo. Sí, sin duda es un cigarrillo: se lo lleva a la boca y luego lo enciende. Le da bocanadas largas y profundas. Juega con el humo. En su rostro se ve la mueca de sorpresa y diversión al notar que las figuras que se asemejan a otras que ya conoce –un corazón, un gato, una zanahoria.
No puede soportar la carcajada cuando ve su cara en el humo. Se atraganta con su propia saliva; su cuerpo no estaba preparado para tanta risa.
Pero después se da cuenta: su vida se está difuminando con el humo. Ahora sólo le queda llorar. Tira el cigarrillo y se tapa las manos con los ojos, o al revés; entre tanto humo es imposible distinguirla, diferenciar la vida que se va de la que ya es humo.
7 comentarios:
mi querida! recién ahora descubro tu blog, no sé por qué, pero ya te agregué a mi lista de blogs para seguirte atenta. espero volver a cruzarnos pronto para charlar un poco de nuestras vidas!
un beso grande :)
"Tira el cigarrillo y se tapa las manos con los ojos, o al revés; entre tanto humo es imposible distinguirla..." Golazo. Es posible, dadas algunas antenas torpes y melindrosas de baja perfección, y sabor limón dulce, que haya tapado los ojos con el cigarrillo. Pero, como decíamos cuando nos rateábamos para jugar al futbolito: "penal y gol, es gol".
Què bueno que volviste...
jaja
Oh! ¿Es a mí y a mi culta ternura indeleble como una serpiente que desmiente su simiente repelente?
Las dos cosas, Julián. Las dos cosas.
Muñeca sucia de felices borbotones al orgasmo de champán, ahora que tienes un avatar mil danzas más bonito que el anterior (cuando nos conocimos en el campanario de la encerrona maquiavélica), date una vuelta por mis blogs. Vicha lo culto. Vístete!
Volví a escribir :)
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